jueves, 3 de septiembre de 2009

La llamada que cambió al mundo

Érase una vez un hombre debilucho, poco inteligente,

poco astuto y sin sentido del humor que se llamaba Joseph.

Un día encontró un

teléfono tirado en medio de la pista. Estaba timbrando. Él lo levanta y se dio cuenta que no tenía cables. Contesta y le responde una voz grav

e que le dice: “Suelta el teléfono”. Joseph hizo caso. Al caer el teléfono desaparece dejando una pequeña nube de humo morado y frío que fue creciendo y tomando forma hasta que terminó teniendo la forma de un humano inmenso y fuerte. Llegaba hasta las nubes. Bastaba con verlo para salir corriendo de miedo, sin embargo Joseph se quedó admirado. No lo podía soltar de vista. Era Zeus. Sólo se le veía del tórax para arriba. El resto de su cuerpo estaba aún en humo. Dio unos soplos y todas las nubes se alejaron cientos de kilómetros. Después de un momento le habló a Joseph:

-Humano. Te he estado tratando de llamar de distintas formas, pero no me hiciste caso pero ahora que te tengo ante mis ojos debo decirte algo.

-¿Qué? ¿Por qué a mí, gran Zeus? - le respondió Joseph.

-Tranquilo niño. Todo a su tiempo. Primero debo decirte que tu planeta pronto va a ser destruido. Esta vez no será ningún ser malvado, sino será el mismo ser humano. El odio, la guerra y el descuido de la Tierra convertirán a la Tierra en un infierno. El calor se volverá insoportable y la Tierra se volverá inhabitable. Por esa razón te concederé tres poderes. Los que tú quieras. – Le dijo Zeus.

-¿En serio? Yo quisiera ser fuerte. Más fuerte que tú. También quisiera ser astuto, para que nadie me engañe. Pero el tercero quisiera que lo tuviera mi sucesor. Tendrá la capacidad del poder. Podrá ser todo, desde un genio hasta una ballena.

-Tus peticiones son un poco difíciles pero veré lo que puedo hacer.

Joseph se pasó años motivando a la gente pero no llegó ni al 10% de la población mundial. Tras veinte años de intentos fallidos prácticamente, se rindió. Nombró como sucesor de esta importante misión a su nieto, Fernando. Un descuidado al que nada le importaba. Zeus molesto acepta al chico como sucesor. Años más tarde Fernando recién se da cuenta de sus poderes heredados. Ya era más maduro y fuerte.

Un día al revisar sus viejos juguetes encuentra una nota que decía:

Salva al mundo. No sabes lo que te espera. Convence a todos y evita que el mundo sea destruido.

De repente una nube de humo morado apareció y se escuchó una voz que dijo: “Hazle caso, no pierdas las esperanzas”. Fernando no estaba muy seguro qué hacer. Un poco desconfiado, dejó todas sus actividades para pensar en un plan que podría resultar útil. Tres semanas después lo puso en práctica.

Primero empezó reuniendo todos los animales acuáticos y los reunió donde nadie los podría encontrar. Una semana después millones de noticieros hablaban de la falta de peces, conchas y otros animales marinos. Dos semanas después ya hablaban de un castigo de Dios y el deber de reproducir las pocas especies acuáticas para que no empeoren las cosas. Luego, Fernando seconvirtió en una lupa gigantesca y multiplicó por 5 el calor. 3 días después aparecieron noticias que recomendaban dejar de usar sprays que destruyan la capa de ozono para evitar el calentamiento global. Ahí Fernando esperó 1 mes. La vida del hombre había cambiado drásticamente. Ya no había odio y la paz reinaba sobre la Tierra.

Fernando, sin embargo, debía regresar todo lo que había cambiado. Se había debilitado bastante pero aún así se fue al escondite donde había escondido los peces a miles de kilómetros nadando. Cada día liberaba un millar de especies. Después de tres meses, en todos los medios de comunicación hablaban de abundancia y de un clima perfecto. La meta que le había dejado su abuelo se había cumplido. Zeus se encontraba muy orgulloso de que Fernando haya logrado algo que su abuelo no hizo en 20 años. Como recompensa lo subió al Olimpo y lo volvió Dios.

Franco Peña 2ºC

Nº 24

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