En la tierra hubo varios problemas que causaban caos en el mundo, pero de la luz nacieron dioses para que detuvieran a este caos. Pero cada cierto tiempo aparecía un nuevo tipo de mal debido a los actos de los humanos. Aun así, los dioses del Olimpo como Zeus, el dios supremo caracterizado por el uso de su rayo; Atenea, diosa de la guerra y de la sabiduría; Apolo, dios del sol, de las artes y de la adivinación; Eolo, señor de los vientos e Ino, diosa del mar, bajaban del Olimpo para acudir a las emergencias.
Sin embargo, los humanos nunca aprendían. Cada vez aparecía un nuevo mal más terrible que el anterior. Tanto así que un día la Tierra empezó a ser diferente, el cielo comenzó a volverse gris y la salud de varias personas empeoró. Al percatarse de eso, Zeus se enfureció y decidió que no iba a ayudarlos ni una vez más pero los demás dioses le dijeron que tenía que comprenderlos o sino que ellos mismos iban a ayudarlos. No obstante, Zeus obligó a que nadie saliera del Olimpo o sino este lo destruiría.
La Tierra comenzó llenarse de caos, esperando que alguien la salve. Llenos de angustia, todos los dioses pensaron en hacer algo. En poco tiempo a Atenea se le ocurrió: si Zeus puede originar vida con sus poderes nosotros también. Atenea les dijo a todos que usaran sus poderes para que pudiesen crear algo. Y así fue. De todos los poderes apareció un nuevo dios, este tenía la sabiduría de Atenea, los artes y la ayuda del sol de Apolo, los vientos de Eolo y el mar de Ino.
Este dios les preguntó a los otros quien era y Atenea le dijo: “Tu eres Neón y tienes todos nuestros poderes pero tienes algo que nosotros no, libertad. Queremos que derrotes a este mal que hace que la Tierra empeore.”
Y así empezó Neón, en busca del mal que había en la Tierra. Confiado porque tenía los poderes de los dioses, era fuerte e inteligente. Además, tenía la ayuda de los mares, vientos y del sol. Pero Neón no tenia ni idea de lo que debía de enfrentar. Neón vio que la Tierra era ploma y el aire era espantoso casi imposible de vivir ahí.
Neón no se le ocurría que hacer así que le preguntó al sol quien podía ser y el sol le dijo que vaya con los humanos que siempre causan problemas. De esa manera, Neón fue a una ciudad y lo vio. Neón se le acercó y lo atacó tratando de eliminarlo, pero no pudo. ¿Quién eres y qué haces aquí? - le preguntó Neón-. El monstruo le dijo: “Yo soy Contaminación y estoy aquí debido a los humanos que arrojan desperdicio por cualquier lugar y de todo eso nací yo, puedo estar aquí siempre y cuando tiren desperdicios y como los humanos nunca aprenden siempre estaré aquí para condenarlos. Que ironía. Ellos me crean y yo me deshago de ellos simplemente contaminando.”
Neón, cansado de escucharlo usó sus poderes para atacarlo pero no le hacia daño. De repente el monstruo atacó a Neón causándole grandes daños. Neón entonces intento con los elementos pero nada, el monstruo seguía ahí. Cansado de fallar Neón pensó un segundo y con toda la fuerza de los dioses mandó al monstruo fuera de la Tierra, hacia el espacio, para que de esa manera no pueda volver. Al terminar eso se percató que los humanos tiraban desperdicios por doquier y que en poco tiempo una nueva Contaminación aparecería. Así que Neón bajo enfurecido y les dijo a los humanos:
“Yo soy Neón y les digo, no arrojen desperdicios, sino acabaran con ustedes, solamente si dejan de hacer eso podrán vivir plenamente por siempre, ustedes serán los que se salven de sus propios actos.”
Los humanos se percataron de que tenía razón. Y así comenzó una era de prosperidad en la Tierra. Luego Neón volvió al Olimpo donde fue felicitado por todos debido a sus actos en la Tierra. Inclusivamente Zeus lo felicitó debido a que se dio cuenta de que se había equivocado, los humanos si pueden aprender. De esa manera los dioses ahora cuidan de toda la gente, recordándoles que no arrojen desperdicios y evitar que aparezca más Contaminación.
Hecho por: Sebastián Rojas 2C
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